COLOMBIA (BusinessCol, 01 de Junio de 2015) Un estudio lanzado por  las Universidades Javeriana,  de los Llanos y OXFAM, confirmó que las tierras en la Altillanura sí son aptas para la producción agrícola familiar y no sólo para la agroindustria como se ha asegurado hasta ahora. La idea que sustenta la necesidad de aprobar el polémico proyecto de Ley 223 (ZIDRES), de que la agricultura familiar no es viable en la Altillanura, acaba de ser desmitificada por un estudio realizado por la Universidad Javeriana y la Universidad de los Llanos.

 

Existe la posibilidad real de implementar la agricultura familiar en un territorio donde (sin evidencias empíricas) se ha construido el imaginario según el cual solo la gran agroindustria es viable”, dice el informe ‘La viabilidad de la agricultura familiar en la Altillanura. Análisis de su eficiencia económica – productiva y su dinámica ecosistémica en comunidades de Puerto López.

 

Esta es una de las principales conclusiones a la que llegaron investigadores de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Javeriana y de la Universidad de los Llanos, quienes analizaron en profundidad diez familias de las parcelaciones Las Delicias, El Rodeo, Las Leonas y los Caballeros, en Puerto López (Meta). 

 

Según Aida Pesquera, directora de Oxfam en Colombia, en defensa del proyecto de ley se ha argumentado sin sustento empírico que en la Altillanura no hay campesinos y que la agricultura familiar no es viable. Esta investigación demuestra que en la Altillanura colombiana sí existen campesinos y campesinas que hacen viable la agricultura familiar. Además, agregó, que  la presentación de este estudio llega en un momento crucial pues hace unas semanas se  radicó de nuevo un proyecto de Ley orientado a la creación de Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social ZIDRES, que parte del supuesto de que en la Altillanura la agricultura familiar no es viable, tesis  que esta investigación desvirtúa con lujo de detalles.

 

Jaime Forero, profesor investigador y director de la investigación resaltó la importancia de estas investigaciones que aportan evidencias para diseñar políticas públicas acordes a la realidad del campo: “Los campesinos se adaptan a la transformación. Los casos documentados son de productores de la Altillanura, son campesinos en el sentido más profundo de la palabra y son ellos, los que han desarrollado su propio modelo de producción, un ecosistema y sus sistemas de  mercadeo, basándose en la construcción de capital social propio y acorde a su realidad”.

 

Los estudios de caso rigurosamente documentados, permitieron demostrar que: 1)  los ingresos obtenidos por la agricultura familiar en la altillanura superan ampliamente, entre 3 y 15 veces,  la alternativa de arrendamiento de tierras que proponen los agroindustriales de la zona; 2) que la agricultura familiar en la Altillanura es altamente eficiente y 3) que puede desarrollarse sin la tutoría de los grandes empresarios agroindustriales y sin hacer alianzas productivas con ellos,… lo que no significa que no sea deseable un diálogo entre unos y otros.

 

Ninfa Daza, una de las productoras del estudio, mencionó que a ellos se les dijo que esas tierras no eran productivas y se les trataba de falsos desplazados. “En mi finca, se consiguen 73 productos diferentes y nuestros cultivos serán nuestra garantía de tener una pensión. Son fincas sistémicas, con diseños agroecológicos, con un modelo de vida perfecto y una demostración de que sí son tierras productivas que nos dan una mejor calidad de vida”.

 

Josué Aguirre, otro de los productores participantes del estudio, comentó que “la Altillanura es viable para una variedad de cultivos. Nosotros rompimos el paradigma de que los campesinos no éramos productivos”.

 

En su exposición, Alejandro Reyes concluyó que no habrá un ambiente político agrícola viable  mientras se tenga a los campesinos en la informalidad y sin una distribución equitativa de tierras: “En lugar de entregar la Altillanura a empresarios, hay que resolver la concentración improductiva de la tierra”.

 

Finalmente, Yamile Salinas, Investigadora del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ), recomendó que urge  desmarginalizar al campesino, ya que es él, el que cuenta con el conocimiento ancestral y las competencias para producir en la altillanura.

 

Link al Streaming del evento: https://www.youtube.com/watch?v=dQXeUItGaQM